El Yoga es una práctica milenaria que persigue una intervención mente-cuerpo, teniendo su práctica resultados positivos en el tratamiento de afecciones musculoesquelécticas, cardiopulmonares, enfermedades reumatológicas y autoinmunes, en poblaciones vulnerables como niños, embarazadas y adultos, y sobre todo en aquellas que tienen algún tipo de alteración en la salud mental, como puede ser el estrés, la ansiedad, la depresión y otras,
El término "YOGA" proviene del sánscrito y significa unión, y se la describe como una disciplina para cuidar el cuerpo, la mente y el espíritu, manteniendo siempre la armonía entre ellos.
El Yoga, dentro del ámbito de la salud, está catalogado como "ejercicio físico no convencional", y supone una práctica que engloba tres componentes esenciales: elongaciones musculares, ejercicios para el control de la respiración y meditación para una intervención mente-cuerpo, haciendo con ello explícito la frase de origen latino inmensamente repetida, MENS SANA IN CORPORE SANO (mente sana en cuerpo sano).
Una de las particularidades del YOGA que lo hace enormemente atractivo es que puede ser ejercitado por todo el mundo, sin importar la edad o la condición física, incluido mujeres embarazadas, al mismo tiempo que desarrolla emociones positivas que son enormemente beneficiosas para, por ejemplo, personas mayores o adolescentes.
Pero, estos beneficios que, como toda actividad física, tienen para nuestro organismos, ¿se han podido demostrar o corroborar en la literatura científica? La respuesta a esta pregunta es sí, ya que hay numerosos estudios que recogen y constatan la repercusión positiva que la práctica del Yoga tiene para nosotros y nosotras.
Un estudio publicado en el año 2009 por Williams et. al. demostró que la práctica de Yoga tiene una repercusión considerable en la salud de las personas con dolor crónico de espalada, destacando la mejoría de la discapacidad funcional, la disminución de la intensidad del dolor y además la mejoría en el aspecto psicopatológico, como la depresión.
Por su parte, Wieland et. al., en un ensayo realizado en el 2017 sobre una muestra de pacientes con dolor lumbar crónico no específico, pudo constatar que el Yoga podría servir como coadyuvante terapéutico para la mejoría del dolor de las personas con dolor crónico lumbar, mejorando también la capacidad funcional de estos pacientes.
La práctica del Yoga hace incidencia en el uso de la respiración. En este sentido, el estudio realizado por Telles et. al. en 2017 ponía de manifiesto que la respiración consciente y tranquila que se practica en esta disciplina es útil para la reducción del estrés y la ansiedad.
Si nos centramos en los aspectos relacionados con el estrés y la ansiedad, el estudio que llevó a cabo Yoshihara et. al. sobre una población de mujeres sanas durante 12 meses, constató que a las 12 semanas de haber empezado la práctica de Yoga, los indicadores de tensión, fatiga, ansiedad, depresión, hostilidad y biomarcadores de estrés mejoraban en relación con las tomas realizadas al principio. Por su parte, Azofeifa-Mora en 2018, en una revisión sistemática de la literatura científica, constató que la combinación de ejercicio aeróbico y yoga resulta ser beneficioso para la salud física y mental de las personas en un programa de 6 - 10 semanas, y de la 10 a 60 minutos, generando cambios en la capacidad cardiopulmonar, cerebral y neuromuscular en comparación de personas que no lo practican.

En conclusión, todos los estudios realizados llegan a la conclusión que la práctica del Yoga tiene una incidencia positiva en patologías relacionadas con el dolor crónico, la salud física global, y afecciones psicológicas como puede ser la depresión, el estrés y la ansiedad, habiendo una mayor discusión en la magnitud de estas mejorías.
En el Centro NINTAI de Desarrollo Personal ofrecemos clases de Yoga. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para recibir más información, ya sea a través de nuestra página web, teléfono o correo electrónico.
Comentarios